ANDRUETTO, MARIA TERESA
El gran peligro que acecha a la literatura infantil y a la juvenil, en lo que respecta a su categorización como literatura, es justamente el de presentarse a priori como infantil o como juvenil. Lo que puede haber de «para ni?os» o » para jóvenes» en una obra debe ser secundario y venir por añadidura, porque el hueso de un texto capaz de gustar a lectores niños o jóvenes no proviene tanto de su adaptabilidad a un destinatario sino sobre todo de su calidad, y por qué hablamos de escritura de cualquier tema o género, el sustantivo es siempre m?s importante que el adjetivo. [ ] Como las mariposas ciegas chocando contra una lámpara en las noches de verano, un escritor es alguien capaz de desviarse para ir en busca de ese fuego, de esa luz o de esa música.