IRENE VASCO
La bruja Ágata tiene 153 años y medio ¿Quién lo creyera? Llevaba dos o tres días sin poder dormir, solo por haber saboreado un majestuoso, maravilloso banquete de hongos frescos con salsa de menta y jarabe de chocolate. Su mamá se lo había advertido: Nunca comas hongos sin saber primero de qué clase son.
Lo cierto es que le dio un fuerte dolor de cabeza y no tendrá más remedio que quitársela y llevarla a revisar a la cabecería ¡Nada más fácil!, para una bruja como Ágata.